LA IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN Y LA RENOVACIÓN DE TEJIDOS
La planta del aguacate posee, cuando se encuentra en una zona adecuada y con todas sus necesidades satisfechas, un desarrollo vegetativo tal que se puede tildar de exuberante. Esta velocidad de crecimiento condiciona, obviamente, el porte que la planta presentará en el futuro.
Antiguamente, con la introducción del cultivo en el sur de la península, se decía que el aguacate no necesita poda. Por lo tanto, no se podaba. La consecuencia de no realizar esta labor dio como resultado masas arbóreas muy altas, cerradas y con malas producciones, tanto en cantidad como en calibre. De hecho, hay muchas zonas de América, por ejemplo México, donde las plantaciones son así, altas y cerradas. Esta configuración dificulta las labores de recogida de la fruta, aumentando los costes de producción.
EN LAS RAMAS JÓVENES Y PRÓXIMAS AL TRONCO PRINCIPAL ES DONDE PRODUCE LA FRUTA EN MAYOR CANTIDAD Y DE MEJOR CALIBRE.
El aguacate, como muchos otros frutales, precisa de una renovación de tejidos constante para potenciar la productividad. Es muy normal encontrar poca fruta y con calibres pequeños en ramas viejas y muy alejadas del tronco principal. Y viceversa, se obtienen grandes producciones, en cantidad y calibre, en ramas jóvenes y próximas al tronco principal.
Teniendo esto como base, antes de realizar una plantación, se debe tener en cuenta que los marcos de plantación van a condicionar la frecuencia e intensidad de la poda. Marcos de plantación pequeños van exigir una poda constante. Marcos de plantación amplios, van a permitir podas menos intensas o frecuentes.
Tras la plantación, los primeros años no se debe tocar la planta, salvo para quitar alguna rama que esté enferma o en un lugar no adecuado. Lo principal es tener claro que configuración se quiere dar a la plantación: vaso irregular o eje vertical.
El vaso irregular es una estructura en la que se tiene un fuste de unos 80 – 100 cm de altura y en este aparecen varias ramas principales (3 o 4) que darán soporte a las ramas secundarias, ocupando los 360 º de la copa. El eje vertical, sin embargo, se define como un eje principal del que van saliendo pisos de ramas primarias a diferentes alturas, que a su vez emiten ramas secundarias para conformar la copa. Una de las principales diferencias, entre otras muchas, es que en el vaso irregular quedará un espacio vacio en el interior de la copa, que en el eje vertical está ocupado por el tronco principal.


Durante estos 2 o 3 primeros años de vida de la plantas se realizan maniobras de ortopedia. Este concepto define una serie de técnicas con las que colocaremos cada rama en su lugar, según el ideal de copa que queramos formar. Suele hacerse torsión de tejidos, colocación de vientos o aplicación de peso para lograr cambiar la dirección de crecimiento de las ramas en cuestión.
A partir de la entrada en producción de la planta, se inicia la etapa de podas que comenzarán siendo muy suaves e irán aumentando en intensidad a medida que los árboles crecen en volumen.
LA PODA SUPONE CASI EL 30 % DE LA CAPACIDAD DE PRODUCCIÓN DEL AGUACATE.
Las podas se realizan siempre en meses cálidos, evitando que los árboles recién podados puedan sufrir las consecuencias de una bajada de temperaturas. La poda de ramas se hará a finales de invierno o mediados de primavera (según las temperaturas de cada zona). La poda de brotes prolépticos o chupones, se hará a finales de verano o principios de otoño.
Tras la labor de poda conviene aplicar fungicidas en las heridas para evitar la proliferación de hongos de la madera. Es muy recomendable tambien, entre árbol y árbol, desinfectar con una solución de agua con un 10% de lejía las herramientas de trabajo.