RECOMENDACIONES PARA AUMENTAR EL CUAJE Y EVITAR LA CAÍDA DE FLORES Y FRUTA

El aguacate es un árbol muy sensible a la falta de humedad en el suelo. El momento de la floración es uno de los puntos más delicados del proceso productivo. En un breve periodo, el árbol debe destinar un alto porcentaje de sus recursos al desarrollo de las flores (y los tejidos que las sostienen, como ejes primarios, secundarios y terciarios).

Estos tejidos, junto a las hojas nuevas que se forman inmediatamente después del inicio de la floración, tienen una capacidad mayor de transpiración que no tienen las hojas maduras. Por ello la evaporación que se produce en el árbol en este momento, aun con bajas temperaturas, es mucho mayor de lo que cabría esperar.

Una baja humedad en el suelo condicionará la floración en primera instancia y el cuaje, amarre y engorde de fruto posteriormente.

Durante el engorde de yemas, ya a mediados de invierno, es necesario controlar la humedad. Como siempre decimos, no conviene ni colarse ni quedarse corto. Desde este momento hasta unos 40 días después del cuaje, la disponibilidad de agua en todo momento es fundamental.

Si se produce una descenso de la humedad, ya sea por aumento de temperaturas o vientos cálidos, el polen no germinará en la flor y ésta caerá. De igual forma ocurre durante y después del cuaje con los frutos. Al no existir un nivel de humedad adecuado, éstos abortarán y caerán progresivamente.

Es importante remarcar, al margen de lo antedicho, que el aguacate es capaz de producir cerca de 300.000 flores, de las que solamente cuajan entre el 0,02 y el 0,1%. Por ello, tras el cuaje, se observa como el árbol tira miles de flores al suelo. Incluso, esta planta tiene la capacidad de autoregulación, es decir, si han cuajado más frutos de los que es capaz de alimentar, hará una purga, tirando al suelo gran número de ellos.

Distinguir entre una caída natural por exceso de flores o fruta y una caída provocada por algún fallo en los cuidados es cuestión de experiencia.

RECOMENDACIONES

Al margen de mantener un buen estado sanitario de las plantas, se aconseja:

REGAR, como mínimo, en cuanto pase una semana sin lluvias y siempre dependiendo del tipo de suelo (textura, estructura, profundidad, etc)

NUTRIR adecuadamente la flor. El empleo de ciertos fertilizantes aumentará el porcentaje de carbohidratos en la flor, y con ellos la fertilidad y fortaleza de ésta.

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